miércoles, 21 de septiembre de 2011

Viva la vida.


Yo solía dominar mi mundo, controlar cada pedacito de el.

Rabia, dolor, alegría… todos los pilares que sostenían mi ser, los dominaba.
Hasta que llego un huracán que no puedo explicar. Un huracán de ojos negros e implacables que destrozaban los ladrillos de mi mundo. Era algo salvaje que me hacía temblar.
Fue oír su nombre…
Intente defenderme pero resultó inútil, el huracán arrasó con lo que vio. Y yo quede destrozada.
Sin embargo debajo de los escombros, bajo aquella matanza de sentimientos. Algo oculto bajo el mar de destrucción se empezaba a mover.
Tras aquel huracán, debajo de mis propias ruinas. Un ser tímido, puro, intentaba luchar por su vida. Una pequeña flor de luz quería vivir. Comencé a abrirle camino como pude, apartando escombros. La flor logró sobrevivir.
Y poco a poco nacieron más y más brillantes flores…Tantas que sin quererlo cubrieron el anterior destrozo.
Después del huracán brille más que nunca.
Brille descontroladamente fuerte.
El dolor me hizo alzarme.

1 comentario:

  1. Muchas veces es lo que pasa... Todo tiene un lado bueno, yo creo!

    Un besito

    ResponderEliminar

Gracias =)